En las distintas etapas de la vida nos encontramos con diferentes retos experienciales que ponen a prueba nuestras habilidades sociales, emocionales, de resolución de conflictos, entre otras, y todas estas formas de experiencia hacen referencia a la dinámica específica con la que se interpreta el mundo; En algunos casos, esta experiencia íntima de cada persona, genera diferentes malestares subjetivos que van de la mano de las emociones, de pensamientos y comportamientos que incomodan, sin embargo, hallamos con esto, un punto de vital importancia en la vida.

 Lo que nos incomoda, puede ser ese punto de luz que nos dice que algo debemos de reflexionar y comprender para cambiar; De esta manera, nos adentramos en lo psicoterapéutico, pues existen malestares subjetivos que nos traen la necesidad de un cambio, y ¿cómo cambiar sino es a través del lenguaje?

Para que podamos entender, una intervención psicológica hace referencia a lo que sucede desde un espacio que le da valor a la palabra y a la reflexión desde esta, pues es un tratamiento de colaboración que se basa entre el saber del psicólogo y el saber del cliente, con fines tan particulares como cada caso, sin embargo, la utilidad compartida de cada intervención psicológica, es la búsqueda de herramientas y de conocimiento personal, para que el cliente se envuelva en una experiencia de bienestar.

Así bien, lo psicoterapéutico es toda aquella conexión entre las personas y un psicólogo, que, mediante la riqueza del lenguaje, genera un bienestar ante el sufrimiento del cliente; Lo psicoterapéutico mantiene la función de velar por darle un lugar digno a las experiencias humanas, y permite reordenar la realidad del cliente, para trascender de lo que se padece, hacía lo que se debe de responsabilizar.

 Se podría mencionar que desde un espacio psicoterapéutico no existe un objetivo absoluto u específico, por el contrario, se puede pensar en este espacio como una función íntima entre el psicólogo y el cliente, en la cual se desarrollan diferentes procesos individuales en dirección al bienestar de la persona, y es por este motivo, que la psicoterapia se vuelve diversa, y permite un acompañamiento a cada sujeto.

 Como se ha mencionado anteriormente, las intervenciones psicoterapéuticas abordan el sufrimiento humano, y le dan un lugar desde el lenguaje, permiten identificar los elementos subjetivos que deben de desacomodarse para reacomodarlos de una manera más positiva y funcional, con lo cual, se hace necesario explicar que el proceso de intervención psicológica cuesta, y cuesta no solo en sentido económico, sino también, en un sentido subjetivo, pues se debe de reflexionar y abandonar algunas dinámicas que se atan al sentido de malestar o sufrimiento.

 El espacio psicoterapéutico es un dialogo interno poderoso, que mantiene la promesa de un bienestar, una ayuda, o un cambio sobre las dinámicas de la vida, por lo tanto, el objetivo de una intervención psicológica es tan amplio, que identifica que cada sujeto en su diversidad, puede encontrar las herramientas y el conocimiento necesario para hacer algo con su sufrimiento; a continuación, algunos ejemplos breves de las funciones que cumplen las intervenciones psicológicas.

La psicoterapia mantiene una función de acompañamiento psicológico frente a tomas de decisiones difíciles, frente a duelos, frente a dilemas morales en las diferentes etapas, así como también presenta la función de orientación en temas personales, familiares, o de pareja, y también tiene la función de reflexionar, comprender y concluir diferentes experiencias que necesitan una luz de relevancia en la vida de cada sujeto; A demás, la función más básica de lo psicoterapéutico, es la de escuchar cada discurso sin excepción, dándole un lugar digno a la experiencia humana.

Autor: Psicólogo Ángel Marín.

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