El momento de estudio en casa suele convertirse en situaciones recurrentes de conflicto familiar, aquí encontrarás algunas estrategias que te ayudarán a saber que hacer para que tus hijos aprendan a realizar sus tareas en casa. 

 

Evita gritarle a tu hijo para que elabore sus deberes

Los cambios no solo empiezan haciendo algo, en muchas ocasiones los cambios empiezan por dejar de hacer lo que estamos haciendo mal, Aplica esta premisa para los momentos de estudio. En primer lugar evita gritar, amenazar o golpear para que tu hijo se siente a realizar una tarea, esto hace que el cerebro termine asociando el espacio de aprendizaje con emociones de tensión, estrés y frustración y bajo estas emociones nunca le gustará estudiar genuinamente. 

 

Adicionalmente, las emociones de estrés le indican al cerebro que existe una situación de “amenaza”, es decir, una situación que nos agrede y de la cual debemos defendernos (es una respuesta natural de cualquier organismo biológico) llevando a la mente y al cuerpo del niños a ponerse en actitud reactiva, es decir, a defenderse del “ataque” a través de gritos, las confrontaciones, el llanto o incluso a desafiar a sus padres. 

 

Entrar en este círculo de reacciones de “ataque” y “defensa” evita que el cerebro use su energía para pensar, analizar, o razonar, y esto evita la disposición cerebral para el aprendizaje. 

 

Establece reglas que separen los momentos de estudio con los de juego

Ahora bien, existen estrategias que debes aplicar antes de iniciar los momentos de estudio. Es decir, tener reglas claras que indiquen a los niños que los momentos de estudio deben ser previos a los momentos de juego.

 

 En muchas familias los niños y niñas no tienen un orden para la realización de sus actividades, se levantan y antes de realizar actividades de autocuidado o de estudio se les permite jugar de manera libre, esto no le da una prioridad a los deberes y por tanto esto no se incorpora mentalmente en los niños y niñas. No se trata de no jugar, se trata de que los niños aprendan cuando es el momento de jugar y cuando es el momento de ser responsable. 

 

Anticipa momentos de estudio a través de rutinas

Este punto nos lleva a la siguiente estrategia de oro: Anticipar momentos de estudio. La mejor forma de anticipar es a través de las rutinas. Las rutinas son la programación de una secuencia clara de las acciones que cada hijo debe realizar en la vida familiar, en esta programación se deben incluir los horarios y espacios de estudio para inducir en el niño una disciplina con sus deberes escolares, la repetición de estas acciones en el día a día afianzará la habilidad del niño en dicha tarea y le permitirá desarrollar hábitos de estudio.

 

Establece rutinas que prioricen el cumplimiento de deberes y posterior a ello, vendrán los derechos, esto les enseña a los niños y niñas que primero se debe cumplir deberes y después se vive la diversión, no es ser crueles con la infancia, es prepararlos para la vida real. 

 

Por último, recuerda que tus hijos son “nuevos en el mundo”, esto significa que los niños y niñas muchas veces no saben cómo hacerlo, y al ser niños en proceso de crecimiento y aprendizaje no están obligados a saberlo, por tanto, es el adulto quien debe indicar a los niños y niñas cómo es vivir en este espacio que están explorando y conociendo, es el adulto quién debe dirigir, con respeto y amor, pero el adulto debe dirigir. 

 

-La crianza positiva de los hijos

Meta-descripción: En la actualidad existen nuevas corrientes que intentan mostrar otras formas de llevar a cabo la crianza de los hijos e hijas, una de ellas es la crianza positiva y aquí te contaremos por qué ha tenido tanta acogida entre los nuevos padres y madres. 

 

¿En qué consiste la crianza positiva?

La crianza positiva es una nueva corriente que trata de enseñar nuevas estrategias, nuevas formas y nuevas metodologías en la crianza de los niños y niñas, el objetivo de estas nuevas estrategias es eliminar algunos patrones de crianza que hemos heredado de generaciones pasadas.

 

Estilo de crianza permisivo y autoritario 

 La crianza positiva introduce métodos de crianza que sean efectivos pero que no afecten las emociones de los niños y niñas, esto significa que intenta evitar estilos de crianza autoritaristas y estilos de crianza permisivos. En el estilo de crianza autoritarista, los adultos tienen la tendencia a usar estrategias de disciplina muy rigurosas que pueden llevar a herir las emociones de los niños y niñas, por ejemplo, gritos, palabras humillantes, comparaciones, amenazas, intimidación, palabras que descalifican o golpes.

 

En el estilo de crianza permisivo, los adultos tienen la tendencia a permitir en exceso, es decir, no hay reglas o hay pocas, no hay límites o los que hay no son claros ni consistentes, es decir, es un adulto que tiene la esperanza que su hijo o hija cambie o “entienda” pero no dirige. Los niños y niñas educados bajo estos dos sistemas de crianza tienen la tendencia a mostrar conductas desafiantes, ansiedad, irritabilidad, y baja cooperación. 

 

¿Qué nos está enseñando la crianza positiva? 

Para enfrentar estas emociones, la crianza positiva nos está enseñando a comprender y manejar mejor los estados emocionales de todos los miembros de la familia, es decir, tanto de los niños y niñas como también las emociones de los adultos, algo que en generaciones pasadas nunca nos habían enseñado.

 

 Esto está enseñando a las familias que, cuando las cosas no salen bien en los procesos de crianza, la responsabilidad no solamente recae en los niños, también recae en los adultos, por tal motivo, la crianza positiva nos invita a dejar de ver a los menores como los “malos” (los que no obedecen, los que no hacen caso, los que no colaboran, los que no respetan, los que no entienden) y nos invita a darnos cuenta que la crianza es una construcción relacional, es decir, es una relación entre padre y madre e hijo/a que se construye en los intercambios del día a día de la vida familiar y que el adulto también pone su parte en dicha relación. Es decir, la crianza positiva nos invita a poner el foco en nosotros los adultos, los educadores. 

 

Importancia de la democracia familiar

En consecuencia, la crianza positiva introduce a los padres y madres en la democracia familiar, ¿Qué significa esto? Voy a explicarlo con un ejemplo que todos conocemos. Hay una gran diferencia entre vivir en un país con una dictadura a vivir en un país democrático. El país con una dictadura, es dirigido por un dictador, este personaje no escucha a sus habitantes, no tiene en cuenta sus intereses ni sus necesidades, no es que no pueda, es que al dictador no le interesa escuchar a los habitantes, solo tienen en cuenta su punto de vista, su necesidad y su interés. 

 

Ahora, un país con una democracia, es dirigido por un demócrata, este personaje considera que la opinión de todos es válida sin discriminar condición económica, social, religiosa, política, sexual, etc. En un país democrático se debe escuchar y se debe respetar, es decir, tiene en cuenta las necesidades de sus habitantes para saber qué decisiones serán más óptimas para la mayoría. ¡Exactamente igual funciona la democracia familiar! alguien dirige, pero ese alguien escucha, valora y tiene en cuenta las necesidades e intereses de todos los miembros de la familia sin importar su edad o género.

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