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Uno de los motivos que más impulsan a los padres y madres a iniciar la terapia familiar es aprender mejores pautas para educar a los hijos. Sin duda sabemos que no es una tarea fácil y por eso aquí te damos 5 claves importantes en este proceso:
- Aprende sobre el desarrollo normal de la infancia: Es importante tener nociones básicas sobre momentos claves en el desarrollo de los niños y niñas, esto permitirá diferenciar los comportamientos esperables para la edad de aquellos que pueden llegar a mostrar alguna patología del desarrollo. Conocer estos hitos básicos del desarrollo puede disminuir la angustia permanente de las familias por no saber si es “normal” o “anormal” lo que sus hijos o hijas hacen.
- Gestiona tus propias emociones: Padres, madres y cuidadores de la infancia, es necesario empezar a mirar sus propios estados emocionales, muchas familias intentan corregir a los niños y niñas en medio de el desequilibrio que produce el enojo o la frustración, y esto termina impidiendo que como adultos tengan el equilibrio emocional correcto para corregir en la crianza de los menores.
- Acompaña las emociones de tus hijos e hijas: Nuestra cultura nos ha enseñado que gestionar las emociones es reprimirlas, pero esto es completamente invalido, reprimir no es igual a gestionar. Cuando las emociones se reprimen lo que hacemos es que se “embotella” la emoción, haciendo que los niños busquen otras salidas para expresar su inconformidad, esto generalmente conlleva a comportamientos de agresividad o ansiedad en los niños y niñas. Acompaña las emociones permitiendo que salgan, que sean expresadas. El rol del adulto está en educar en la forma correcta y sana de expresar dicha emoción, ya sea enojo, tristeza, frustración, miedo, etc. La pregunta más importante aquí es: ¿Tú sabes cuál es la forma correcta y sana de expresar estas emociones cuando aparecen en ti? si no lo sabes, sin duda no sabrás cómo orientar las experiencias emocionales que viven los niños y niñas en el día a día.
- Coloca límites: Permitir a los niños y niñas que expresen sus emociones y pensamientos, no es sinónimo de aceptar una anarquía en casa, sin duda la vida familiar debe estar acompañada de normas y acuerdos de convivencia que garanticen la armonía en las relaciones. Permite la expresión de emociones y pensamientos con acuerdos que no pongan en riesgo el bienestar físico y emocional de los miembros de la familia. Ejemplo, “entiendo que estás enojado y tienes derecho a expresar tus sentimientos, sin embargo, eso no implica que por tu enojo tienes derecho a golpear. Busca otras formas sin que violentes las normas de convivencia de nuestra familia”
- Se firme con las normas: Ninguna norma es aprendida, incorporada y asumida por los niños y niñas si sus mismos padres no las cumplen o son inconsistentes en hacerlas cumplir. Es necesario que se asuma un profundo respeto por las normas de la vida familiar, ya que estas son las que garantizan la estabilidad y armonía de la vida familiar. ¡Ojo! las normas las cumplen todos, si los adultos exigen a sus hijos e hijas que se cumplan y a cambio los niños y niñas ven como su padre o su madre (máximos referentes de conducta) no la hacen respetar, o peor aún no la asumen, entonces los menores comprenderán que esa norma no es lo suficientemente valiosa.
¿Qué sucede cuando las normas no se cumplen?
Cuando hablamos de normas se pueden observar 3 formas de actuación de las familias, que son las siguientes:
- Los adultos ponen la norma pero ellos no la cumplen y tampoco la hacen cumplir de sus hijos e hijas (o una veces sí y otras no), en este caso los niños y niñas no la aprenden, simplemente no la incorporan en su repertorio de conducta.
- Los adultos ponen la norma y si la hacen cumplir de sus hijos e hijas, pero ellos no la cumplen, en este caso, los hijos podrán desarrollar una sensación de incoherencia que en edades más avanzadas, cuando ya haya un mayor desarrollo moral, se pueden interpretar como una injusticia, llevando al nacimiento de emociones como el enojo, la agresividad o la falta de cooperación (lo que habitualmente nombran los padres como desobediencia).
- Los adultos ponen la norma, si la hacen cumplir de sus hijos e hijas, y ellos también la cumplen. En este caso la norma se incorpora con mayor facilidad, los niños y niñas reconocen la norma como una ley dentro de la dinámica de la familia y se ajustan a ello.
¿Es fácil la crianza de los hijos?
La vida familiar no siempre es fácil, la crianza de los hijos se conjuga con otros roles que los adultos deben asumir al mismo tiempo como el rol de ser pareja, hijos, trabajadores, entre otros, lo cual hace que la labor de ser padres y madres sea una tarea maratónica. No obstante, la mejor estrategia para que este proceso se desarrolle de la manera más satisfactoria posible es a través del aprendizaje constante.